El Hada de la Belleza sostiene un ramo de madreselva púrpura morada, un delicioso recordatorio de cómo la belleza de la naturaleza estimula al espíritu para que florezca con gracia. Sus alas, como las de un pájaro, representan la libertad y la confianza en sí misma, su propia belleza. Adornada con abalorios, estrellas, enredaderas y pétalos de flores, su comportamiento y sus relaciones canalizan su ser hacia el exterior, mostrando a quienes la ven la completa armonía entre lo que hay fuera y lo que hay dentro. Sus ojos son pozos profundos de energía chispeante; en ellos atisbamos por primera vez la fuente de su belleza, prueba de que los ojos son verdaderamente el espejo del alma.